31 mayo 2005

Mañana volverás a saborear sonrisas


Estrenas mes metido en tu cocina, pegádonte a los platos con el ojo puesto en ese reloj que martillea tus tímpanos. Ese reloj cuyo segundero anda hacia atrás, hacia un tiempo más amarillo, más sepia en el que sudabas la gota gorda en veranos eternos, infinitos, que se pasaban en un segundo. Bajo el sol dabas patadas a una pelota con los demás chiquillos del barrio sin sospechar que un día crecerías y odiarías tostarte como un grano de café. Cuando volvías a casa tu madre estaba delante de los fogones que hoy limpias con tanto esfuerzo. En su cabeza no había canas y su sonrisa no tenía arrugas. Cogía tu cara entre sus manos y te daba un beso mientras tú te retorcías como un pez que ha mordido el cebo para salir corriendo por el pasillo. Ahora recuerdas esos destellos de infancia. Ahora te das cuenta de que te encantaba que sus manos oliesen a ajo y que esa pequeña cocina de provincias supiese a sonrisas. ¡Qué diferencia con esta cocina en la capital! Es tan cosmopolita... Por sus fogones pasan cada día fajitas, bandejas de sushi, pizzas y arroz al curry. Tan globalizadamente impersonal que la comida sólo sabe a eso: a fajitas, a sushi, a pizza y a curry. Pero mañana querrás sonreír. ¡Qué coño! Mañana llamarás a tu madre para que te dé la receta de...

5 Comments:

Blogger T. said...

'Caminamos por colinas de cebollas y metal, por recuerdos de otras vidas, cosas que han pasado ya. Y aunque los huesos duelen, cada paso duele más. Algo así no debería terminar...'

Pero se termina. Como todo.

02 junio, 2005 22:47  
Blogger V said...

Sabores provincianos cocinados a fuego lento en el crisol de sombras y sueños rotos que llaman "capital". ¿Capital de qué? En mi paladar, capital sin lluvia, sin noches estrelladas y sin sabor a bienvenida.
Bendita cebolla, base de toda gastronomía y dilapidadora de lacrimales ociosos.

03 junio, 2005 02:31  
Blogger E said...

Pero mañana y hoy y ayer querremos sonreír, y le robaremos sonrisas al recuerdo, que nos las roba a su vez a nosotros mientras dormimos.

Últimamente las cocinas están sembradas de letras que bailan claqué sobre las baldosas.

Me gustó lo del cepillo de dientes, aunque me hizo llorar un poquito.

03 junio, 2005 12:47  
Blogger kay said...

Cuántos colores para un mundo que a veces se antoja gris. Es bonito esto de que hayas elegido esta manera para enseñar, para dejarnos ver lo que siempre demuestras y sólo a veces plasmas en papel (ya sea fotográfico ya sea electrónico -con ese quark!!-)

Me admira tu capacidad de sentir, y de escribir lo que ves. De cogerlo, congelarlo y relacionarlo. Y además sabes pq' no he dado señales de vida antes.

No porque no quisiera, sino porque me resulta complicado analizarte.
Así que sólo admirarte; y pedirte q no dejes de escribir y compartirlo... conmigo, con ellos. En definitiva. Gracias amigo. Por todo, por este año, por estos meses, por estar y por, sin estar, seguir estando.

:) siempre con esa facilidad de palabra, esa fluidez para relacionar contenidos. Pero no más piropos. Voy a seguir posteándote. ***muxus

03 junio, 2005 17:29  
Anonymous Anónimo said...

Es curioso como a aquella niña ausente, nunca le pasó inadvertido aquel olor a perfume y ajo que siempre desprendió la placenta de su musa. Triste, camina esquivando el fuego que emana el asfalto de una gran ciudad putrefacta, donde el olor a ajo ya no es perfumado, y proviene de sobacos estirados que viven bajo su nariz cada mañana, cada tarde que decide salir a tomar el aire en otro lugar. En medio de todo ese amasijo de carne sudorosa se sabe adulta, orgullosa de su eterna ausencia observadora, pero se muere de pena al casi no recordar el olor de los fogones de un ambiente cálido, endulzado con especias, donde el tiempo no pasaba. Hoy, consciente de la lejanía de su musa cocinera, del paso de los años sin ver su sonrisa, sin oler su pecho... pasándole inadvertida las últimas arrugas...se siente más ausente que nunca, egoísta, partícipe de una injusticia, que se rompe mediante palabras que explican con amor una receta de cocina, una receta de independencia, de soledad, de vida...

06 junio, 2005 20:08  

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