26 junio 2005

Amor y Libertad


Foto: Robert Capa

Nunca te gustaron las despedidas, el salado sabor de las lágrimas en tus labios. Y sin embargo aquí estás, en medio de la abarrotada estación, abrazándola completamente aislado de los gritos, el llanto y los disparos al aire que pueblan el ambiente. Tú sólo oyes sus lágrimas rodar por las mejillas. Y ella está escuchando tu corazón latir tan fuerte que se va a salir del pecho.
"Vete ya", le dices, porque no quieres que te vea llorando. Tú eres un hombre, eres fuerte, te has curtido en el campo durante veinte años. Eres lo único que ella tiene en el mundo. Ella en cambio es frágil como una copa de cristal. Su tez es pálida, sus piernas como las de una garza. Y su vientre te lleva dentro más vivo que nunca. "No", te responde, "quiero verte partir".
El tren pita dando el último aviso. Ya no aguantas más. "¿Cómo se va a llamar?", te pregunta con la voz cortada por el llanto. Le das un beso para no verla llorar, aunque la escuchas. Sólo tienes oídos para ella. "Mateo, como su padre, como el padre de su padre", respondes desterrando al fondo de tus tripas el nudo que tienes en la garganta.
"¡Viajeros al tren!", grita el jefe de estación mientras la locomotora se pone en marcha y los vagones comienzan un lento traqueteo. A tu alrededor hombres vestidos de verde se apresuran a echar sus macutos al tren y a montarse en él en marcha. Le das un último beso y te das la vuelta justo en el momento en el que se te escapa la primera lágrima. Corres en dirección a la puerta más cercana. Sólo te da tiempo para escuchar sus últimas palabras, que salen arrancadas de su corazón, con más sentimiento que sentido: "¿¡Y si es niña!?". Montas al tren, que ya sale de la estación y te das la vuelta. Aún puede ver tus ojos encharcados, aún puede oír tus palabras desgarradas.
"¿Y si es niña?", piensas, "Y si es niña...". Y tu mente te trae la respuesta, la que ella quiere oir, la que borrará las lágrimas de todos tus compañeros. "Y si es niña..." repite tu cerebro para dejar que tu corazón grite: "Y si es niña ¡¡¡¡LIBERTAD!!!!".

5 Comments:

Blogger Gato negro said...

Como si de un film se tratase, has conseguido transmitir sentimientos que tengo muy cercanos ahora mismo. Dentro de poco, yo seré el que tenga que subir a ese tren, y en tierra quedará aquella chica débil como el cristal.
Este gato negro se muda de tejado.
Un abrazo en 35mm

26 junio, 2005 20:50  
Anonymous Anónimo said...

PRECIOSO.
NO MÁS
¡LIBERTAD!

26 junio, 2005 22:42  
Blogger V said...

Como recita el escudo de Galiza: Denantes mortos que escravos.
Empiezan a acumulárseme tantos veranos diciendo adiós.Brindemos para aliviar las despedidas inevitables.

27 junio, 2005 01:05  
Blogger Muñeca said...

Me gustó mucho... espero leer post como estos más seguidos...
Me voy a un mundo diferente...
algo parecido a la frase de Galiza es "Prefiero morir de pie que vivir arrodillado"
Te leo y te linkeo

28 junio, 2005 02:31  
Blogger Ligustrino Campana said...

Me gustó mucho este texto. Tiene toda la prisa y la ansiedad y la tristeza y las lágrimas y las palabras y los sentimientos y las pausas y las caricias y el dolor y el ajetreo y el desconcierto y la incertidumbre y los silencios y los besos de una despedida. Mucho más que una foto. Y no sé qué más decir. Ahora siento que no me quiero despedir. Muramos incinerados, mejor.

24 julio, 2005 06:18  

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