10 junio 2005

Sensación en estado puro

Abres la ventana por el mero placer de sentir el frío en tus mejillas. Buscas en el horizonte un error de estilo, de composición, pero tu vista sólo percibe el humo de las hogueras. Bebes del vaso un sorbo de vino y te deleitas en su indescriptible sabor, en su profundo color de sangre que difumina el lento avance de las tropas. Ya las oyes. Tambores, cañonazos y aviones que pasan tan bajo que hacen vibrar los marcos de las paredes de tu oscura habitación. Ya hueles la pólvora que arrasa la ciudad. En el fondo te alegras. Desde tu ventana no ves cada alma que se desprende de un cuerpo a cada momento. Aunque las sientes atravesar la tuya. Una a una. Eso te da frío y sí: te gusta.
Se acercan. Son cientos. Miles. Nunca se te ha dado bien calcular muchedumbres, nunca lo viste útil. ¿Qué más darán cien mil que un millón? Es un simple baile numérico... Y jamás les has dado importancia a las cifras, sobre todo desde que fuiste consciente de que parcelan el tiempo. Nunca lo comprendiste. ¿Cómo se pueden poner barreras a algo que no tiene principio ni fin? ¿Cómo se puede medir la velocidad de algo que a veces se arrastra y otras vuela? Por no hablar de la simple cuestión física (aunque que utilices este argumento es tan hipócrita como que un ateo o tú mismo digas "Por amor de Dios") y lingüística: velocidad=espacio/tiempo. Y, aunque el tiempo no ocupe espacio alguno, desde pequeñito te enseñaron que el elemento definido no puede entrar en la definición.
"Absurdo", te repites mentalmente mientras agradeces un rayo de sol que ha atravesado las nubes y se ha posado sutilmente en tu cabeza. No se oyen pájaros. Normal, tú también habrías salido volando, aunque... Sí, te lo piensas mejor y disfrutas del vino, de la visión, de la muerte en estado puro.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sea lo que fuere provocó lágrimas desgarradoras, amargas y asfixiantes, tanto,que sólo pensarlas dan ganas de rajar colchones que hieden a sexo bruto y sin amor, deseando que sangren hasta que el charco sea tan inabarcable que te ahogue y punto, se acabó. Y todo por confiar en algo que un día definiste como "puro".

No pude evitarlo...

11 junio, 2005 04:15  
Blogger E said...

El absurdo también tiene su (i)lógica. Y al final el espacio y el tiempo quizás confluyan en el fondo de la copa de vino a la velocidad a la que nos hacemos viejos.

12 junio, 2005 17:58  
Anonymous Anónimo said...

En mis estados puros, no tiene cabida la lingüística, ni el espacio, ni la velocidad...Aunque, pensándolo mejor, a veces sí...
Un saludo

12 junio, 2005 19:38  
Blogger V said...

El absurdo no deja de ser una broma macabra de la vida, que nos enseña de cuando en cuando que el sentido de todo esto que llamamos realidad es el propio absurdo. Hay que tomarselo con humor, todos somos parte de la misma comedia a la que pretendemos darle algún sentido que nos haga pensar que hay algo más que el mero hecho de vivirla.

13 junio, 2005 19:03  
Blogger T. said...

Ya dijeron los sabios que el espacio y el tiempo los incluye el sujeto a la hora de conocer - y transformar - la realidad. Se nos obliga a encerrar todo entre paréntesis. Es un rollo.

Leyéndote, por alguna razón, me vino a la mente Trono de sangre. No sé, con ese bosque en el que los individuos se desdibujan eliminando las cifras. Supongo que es la misma muerte avanzando. Otro, en su caso, tal vez se tomó la espera para disfrutar de la visión, del vino, de la pureza del saberse terminado.

Suerte.

13 junio, 2005 23:44  

Publicar un comentario

<< Home