06 junio 2005

Cada vez que respiro huelo tu piel

y la estela que deja tu cuerpo en la arena,

perfume de otoño con sabor a miel

que mezclas con té. Té quiero, morena.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Delicias de la vida, rojas, rellenas, con pipa, dura, qué dura, tanto, que dura siempre!
Colores vivos tras un fondo negro, oscuro, y tanto, las dos caras de tu corazón, que vive porque palpita, y cómo palpita, con qué ganas empuja sus ansias de modificar el tono de la piel de tu morena, dulcificada con tu sabor, finalmente sonrosada por tu sudor. Delicias naturales, tan naturales que mezclaremos con tierra y todo crecerá rojo, relleno con vida, y provocará ánimo, como el que buscamos en el sabor del té...

06 junio, 2005 20:35  
Blogger kay said...

Qué pena :( anónimo; verteré entonces mi admiración por tus palabras a la red, para precisamente, que no caigan o se pierdan, y aguantes hasta que pases a recogerlas... de manera anónima claro.
Por el ritmo de las palabras y cómo suenan al pronunciarlas

06 junio, 2005 22:50  
Blogger V said...

Pena de una voz que nos las susurre al oído esa clase de palabras que estallan en los oídos tapiados.

07 junio, 2005 02:31  
Blogger T. said...

Pero es difícil levantar la vista cuando la mala suerte te obliga a caminar pegada al suelo.

Mi problema no es que tenga el corazón amordazado, sino que se desborda con demasiada frecuencia. Y habla y ha hablado más de lo que se le exigía. Así es como yo estropeo las cosas.

Y reconozco que escribo más trágica de lo que respiro.

Y sonrío, tantas veces. Sobre todo cuando veo historias tan bonitas como la tuya y la de tu morena.

Muchas gracias por el no-consejo.

07 junio, 2005 19:29  

Publicar un comentario

<< Home