Un lunar en la pupila
El rincón donde tus sueños procrean. Espero que no te atragantes con esta confesión en segunda persona porque no soy yo quien hablo. Eres ¿TÚ?
Datos personales
- Nombre: El chico desenfocado
- Lugar: Madrid, Spain
Soy la mera repetición de toda una historia de humanidad, con los mismos sueños, inquietudes y fantasmas de aquellos que me precedieron y de los que me sucederán. Mi único rasgo identificativo es el que me iguala al resto de hombres por mi propia esencia humana. - ¿Y todavía sigues pensando que eres único? - ¡No podría sobrevivir si no lo pensase!
- Quizás perdí un quizá
- El amante de la luna
- Homenaje al esclavo
- Mañana volverás a saborear sonrisas
- Colgado de amarillo
- "Dejó de llover; a la mañana salió el sol; en un a...
- Absurdo. Para no morir de pena
- Será por el calor...
- Estudio en rojo
- "Por eso te pido que vayamospor este mundo con las...



06 junio 2005
4 Comments:
Delicias de la vida, rojas, rellenas, con pipa, dura, qué dura, tanto, que dura siempre!
Colores vivos tras un fondo negro, oscuro, y tanto, las dos caras de tu corazón, que vive porque palpita, y cómo palpita, con qué ganas empuja sus ansias de modificar el tono de la piel de tu morena, dulcificada con tu sabor, finalmente sonrosada por tu sudor. Delicias naturales, tan naturales que mezclaremos con tierra y todo crecerá rojo, relleno con vida, y provocará ánimo, como el que buscamos en el sabor del té...
Qué pena :( anónimo; verteré entonces mi admiración por tus palabras a la red, para precisamente, que no caigan o se pierdan, y aguantes hasta que pases a recogerlas... de manera anónima claro.
Por el ritmo de las palabras y cómo suenan al pronunciarlas
Pena de una voz que nos las susurre al oído esa clase de palabras que estallan en los oídos tapiados.
Pero es difícil levantar la vista cuando la mala suerte te obliga a caminar pegada al suelo.
Mi problema no es que tenga el corazón amordazado, sino que se desborda con demasiada frecuencia. Y habla y ha hablado más de lo que se le exigía. Así es como yo estropeo las cosas.
Y reconozco que escribo más trágica de lo que respiro.
Y sonrío, tantas veces. Sobre todo cuando veo historias tan bonitas como la tuya y la de tu morena.
Muchas gracias por el no-consejo.
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