06 octubre 2005

Microcuento


- ¿Tú crees que lloverá?
- Algún día, imagino... – respondí mientras mi mirada trazaba la línea irregular de los montes allá en el horizonte.
- Por cosas como esa eres especial – me dijo. Y me miró con esos ojos con los que se comía la cámara.
- No soy especial. Soy de carne y hueso – afirmé bajando mis ojos, que decía que eran como espejos porque no podía ver a través de ellos. Porque sólo reflejaban lo que veía. – Sólo soy aprendiz. Aprendo a callar cuanto más hablo – y me callé arrepentido de haber hablado.
- Sí. Calladito estás más guapo. – Y ella me besó.