30 julio 2005


"Al que sin cesar se esfuerza por ascender... a ese podemos salvarlo"
Goethe

26 julio 2005

De Madrid a tu cielo

Forges - Homenaje a las víctimas

Madrid dibuja su perfil con altos edificios que desafían al cielo con la chulería que le caracteriza. Marca cada trazo recto con una dejadez bien medida, milimetrada en cada grúa que se levanta del suelo para hacer un nuevo bosquejo en esta jungla de asfalto.
Madrid dibuja su perfil con acentos de cada sitio y a la vez de ninguna parte. Con colores de todos los rincones del mundo que se funden en un arco iris deslumbrante, aunque parezca gris para el neófito que no sepa apreciarlo.
Madrid busca aire en sus asfixiantes avenidas, en las hojas de cada árbol que brota sobre su piel de asfalto, en cada nuevos ojos que la observan con sueños en sus retinas. Madrid devora sueños y a la vez reparte los suyos propios, como una suerte de lotería sin sentido.
Madrid se refugia de la lluvia que moja sus aceras, y se mira presumida en cada charco que se forma en la calzada a la espera de que algún taxi presuroso desdibuje su sonrisa de fulana engalanada del espejo que la tormenta le regala.
Madrid llora por cada gota de sangre que cae del cielo. Y nunca duerme, buscando redimir sus pecados cuando la luna es el único testigo de sus andanzas.
Madrid eres tú.
Aunque no en verano.

23 julio 2005

Verde vertiginoso


Camino sobre la hierba mojada sintiendo cada gota de rocío en la planta de mis pies. El césped está recién cortado y me pincha un poco, por eso me siento y me dedico a deleitarme con su olor, a buscar tréboles y deshojarlos. A mi alrededor se levanta una valla hecha de cascotes de botellas de vino, de recuerdos trasnochados tan llenos de esperanza. Me levanto y sigo caminando, entre croares de rana, silbidos de lagarto, arcos dibujados en el aire por saltamontes. Y al fondo, tus ojos felinos, inquietantes, ("la foresta pluviale si risveglia"), entran de lleno por la balconada abierta de mi ser, escudriñan en el fondo en busca de algún tesoro con remates de esmeralda, de algún mapa que indique la salida de esta línea cinco de metro.
Creo que la encontré. Sigo el tintineante sonido de los cascabeles hasta el nido de serpientes más hospitalarias que nunca he conocido. Todas toman té y me ofrecen un poco a la luz de las lámparas con papel pinocho de ese color. Del color de tus pensamientos.
Piensa en...

Heredero del destino

Cortó la baraja bajo la atenta mirada de toda la tripulación. El azul del mar hacía juego con sus ojos claros, aunque cálidos a un tiempo. Rey de oros. El capitán miró al resto con la misma sensación de César al cruzar el Rubicón: "Alea iacta est", pensó.
Toda su vida había transcurrido a bordo de un corsario surcando la inmensidad turquesa de los siete mares. Conocía todos los puertos del mundo, y en cada uno de ellos, unos labios de mujer suspiraban por volver a besar sus tatuajes, por volver a repasar la cicatriz de su curtida mejilla, que era tan parte de él como su propia alma.
Así que la suerte lo había designado a él como heredero del destino. Miró al horizonte. Una delgada e imperceptible línea separaba el cielo del mar y a la vez los fundía en un tapiz sin bordes con flecos, como los que tantas veces había visto colgados en las tabernas de Argel, de Alejandría, de Constantinopla,...
Ahora el Egeo reclamaba su tributo. Los ojos de los marineros no se apartaban de los suyos y le observaron avanzar con lentos pasos, pero con decisión, entre ellos hacia el borde de la cubierta. Se paró a un paso de distancia del agua y volvió a mirar al infinito. Allí encontró los ojos de la muerte taladrándole. Eran unos ojos de mujer bella, sonrientes, que le infundieron valor para refugiarse entre sus cabellos castaños.
Y saltó para sumergirse en el mar dulcemente, muy dulcemente,...

22 julio 2005

De la serie "palomas del mundo", hoy... ¡Venecia!

15 julio 2005

Desde Creta, con amor

La cuna de la civilizacion minoica abre sus puertas a mis sueños. Alt+164 para la eñe y un monton de griegos bordes a mi alrededor. Sigo buscando la inspiracion por el Egeo.